TODOS QUEREMOS UN TATUAJE

EN MÉXICO, LA MODA DE LOS TATUAJES SE HA CONVERTIDO EN UNA INDUSTRIA.

Según la historia y las investigaciones que se han llevado a cabo sobre este tema, los orígenes del tatuaje se remontan a más de 5 mil años A.C. y se origina en Japón cuando los habitantes de aquella región del mundo, acostumbraban a adornar estatuillas de barro con marcas muy parecidas a lo que hoy se conocen como tatuajes. 

                       

Tatuajes africanos 

Tatuajes maorí

Desde entonces se han encontrado en culturas tan distantes como los pueblos africanos, los diseños tan elaborados de las antiguas momias egipcias; hasta los maories de Nueva Zelanda. También tenemos de testigo a Ötzi, la evidencia más antigua de pigmentación subdérmica permanente. Aunque Ötzi no es japonés, sino una momia italiana que estuvo a menos 40 grados durante cinco mil 300 años y fue encontrado en los Alpes de Ötztal, Italia. 

Durante siglos, las sociedades han tenido una muy diferente percepción sobre las personas que se han "atrevido" a tatuar alguna parte o el total de sus cuerpos. Esta apreciación se ha visto determinada por varios factores, entre ellos el estatus socio-económico,  la situación geográfica, los valores morales, etc.,  que han generado una escala que va desde los tatuajes como atributo de individualidad, nivel jerárquico, marcas de algún agravio o incluso como insignia de honor. 

En México  el tatuaje es una práctica con una larga historia. El caso más antiguo corresponde a una momia con tatuajes que vivió en el periodo Posclásico (entre los años del 900 d.C. al 1521 d.C.). Según diversas investigaciones, los restos de esta momia  fueron encontrados en la Sierra Mixteca, en el municipio de Huajuapan de León, Oaxaca. Se trata de una mujer (entre 30 a 40 años de edad) con tatuajes en negro con formas geométricas en los brazos. Fue estudiada a fines del siglo XIX por el arqueólogo mexicano Leopoldo Batres, quien la llamó Momia Tolteca. Actualmente se encuentra en el Museo de Quai Branly, París, Francia. 

Momia Tolteca

Pero aunque la historia del tatuaje es muy antigua,  es hasta tiempos recientes por ahí de los años 70´s,  que ha dejado de ser un símbolo de la contracultura. 

Hace unos 25 años, aparecieron los primeros estudios de tatuaje en México que ha cambiado la percepción negativa que se sigue tenendo de ellos en algunos sectores de la sociedad. Pero al igual que otras disciplinas creativas, ha logrado romper con muchos estereotipos. Ahora es común ver en las calles o en reuniones sociales decenas de personas que, orgullosamente portan sus tatuajes. Las más de las veces, como parte de su concepción estética. 

Tatuaje estilo rockabilly

Según cifras del CONAPRED Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación una de cada 10 personas en México tiene un tatuaje, es decir, unos 12 millones de mexicanos están tatuados.

Incluso, el tatuaje ha dejado de tener una connotación negativa y ahora se considera como una manera de destacarse, verse cool, sexy. Por otra parte, para algunas personas sirve para tapar algunos espacios vacíos en su personalidad. En general, el nivel de arte es tan alto, que se consiguen dibujos hermosos para el cuerpo y eso ya es un punto más que positivo. 

El tatuador en su estatus de artista, se ha convertido casi en un confesor del tatuado y se genera cierta relación de intimidad entre ellos. 

No se tiene un dato preciso sobre el dinero que genera esta naciente industria, aunque según el portal https://mx.talent.com/  reporta $3,500.00 al mes: 

El salario tatuador promedio en México es de $ 42,000 al año o $ 21.54 por hora. Los cargos de nivel inicial comienzan con un ingreso de $ 42,000 al año, mientras que profesionales más experimentados perciben hasta $ 42,000 al año.

Viéndolo objetivamente, aún es poca la retribución económica, considerando que hay verdaderos artistas en esta nueva industria. 

Aunque México no es el país donde el mayor número de gente porta un tatuaje. No se pone en duda que ha generado toda una industria y según los estudiosos del tema, muy pronto se podría convertir en el mercado más grande de latinoamérica; rebasando a Argentina. 

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